Se acabó el descanso justo en la jornada dominical.
Surgió el hueco para poder salir a correr estando un nene con abuelos, y la niña todavía con algo de varicela durmiendo. Aunque también hay que decir que abusamos del entreno y al llegar estaban las dos chicas de la casa despiertas, y una de ellas recriminando la tirada tan larga...
Hasta salí con algo de dinero para poder comprar el pan nada más acabar de correr. Todo eficiencia y planificación. Jeje.
Pues fui hacia mi lugar de entreno habitual cuando acompaña la luz solar, la pista finlandesa de Oviedo.
Pensaba hacer 10 kms., pero ya me de camino me rondaba la idea de igual alargarlo a 12 kms. Todo dependería de como me encontrara. Empecé quizá demasiado fuerte, alentado por las sensaciones que daban los 3 días de descanso anteriores.
Y claro, una vez allí en el llano de la pista finlandesa, lo que me suele pasar cuando voy rápido subiendo, que las sensaciones luego no son muy buenas. Ligero dolor en pecho, y ritmo tranquilo por precaución y para intentar que desapareciera. Pasados los kilómetros desapareció esa molestia y empezamos a encontrarnos bastante bien, decidiendo ya entonces hacer los 12 kms. Llegar hasta los depósitos de agua del final de la carretera. Final que tengo ganas de alargar algún día más para ver que depara la senda/caleya que sigue más adelante.
Buena regreso, hasta el último km. de la pista finladesa en que las rodillas ya se quejaron un poco. Buen descenso hasta el barrio, y ya ahí la subida hasta mi casa en La Ería con buen ritmo y sin molestias.
Paramos el crono en frente de casa en 1 hora y 7 minutos, y a comprar el pan.
Fructífera matinal correndera, si señor.
Mañana con día libre en trabajo, espero poder correr otros 12 kms. Ojalá pueda contarlo mañana o pasado.
Saludos correnderos.
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