Arranco la
crónica de esta carrera tan especial, peculiar, y dura, muy dura. Estaba
esperando por si aparecían más fotos que ilustraran la crónica, pero no
encuentro más material. Gracias desde estas líneas a Tano del Club Esportate,
porque gracias a él tengo unos buenos recuerdos fotográficos de esta
experiencia.
Y si, digo
experiencia, porque esta prueba es toda una experiencia. Un recuerdo
imborrable, y un reto conseguido que le da lustre a nuestro curriculum
correndero.
Comenzamos a
detallar como fue esa jornada, que quedará marcada para siempre en el recuerdo.
Llegué con
bastante tiempo a La vega de Riosa, aparcando al lado polideportivo, antes de
que dieran las 9 de la mañana. Iba a ser de los primeros en recoger dorsal. Aún
se veían bastantes ciclistas que partían a esa hora en grupos de 5 en 5
minutos.
Recogida dorsal,
bolsa regalos con camiseta que luciremos siempre con orgullo, y de nuevo al
coche que es muy pronto. Estoy a unos 700-800 metros de la salida, y como el
ropero estará allí en línea de salida, decido tomar el cafetín de rigor en
calle polideportivo.
Allí, tras café,
charlo animadamente con otro corredor, Nacho, que resulta ser otro Papi
Running, con dos niños pequeños también, y que entrena por parque la Ferrera,
en Avilés, 5 días a la semana. Vamos juntos con bolsa a línea de salida, allí
la dejamos en furgoneta, y nos ponemos a calentar juntos. Más charla
correndera, último pis a la vera de la carretera, y para línea de salida. Donde
ya me encuentro con Mino, Jose, y Tiano, compañeros del Club.
Minuto de
silencio, algún problema al dar salida, pero en segunda cuenta atrás
arrancamos. Nos esperan 13 kms. por delante, con 6 de ellos de una dureza
descomunal.
La idea era como
en Lagos, coger un ritmo cómodo, ni lento ni rápido, y así llegar a Viapará.
Que a partir de allí ya sería sálvese quien pueda. Comienzo en zona trasera
grupo, y veo ya alejarse a los compañeros del Club Correr Asturias. Nada más
salir es todo para arriba, sin descanso, desniveles asumibles, no duros aún, se
corre fácil y con cierta soltura. Se nota que somos 250 corredores al estar tan acompañado en todo ese tiempo (en
Lagos en seguida me quedé solo). Poco a poco, manteniendo ritmo gano alguna
posición. Se ven muchas camisetas de gente de Castilla, Madrid, Galicia, etc. Y
veo que está corriendo un mítico corredor madrileño ya de avanzada edad y
pobladísima barba blanca, con una añeja cinta rojiblanca en pelo. Devoramillas
o algo similar creo que se le conoce.
Aunque no conocía
en detalle subida, si recordaba un giro a derechas, tras el cual la carretera
se endurecía bastante. Y así fue, más duro incluso de lo que pensaba. Y en ese
momento me integro en un grupo de corredores que llevan un ritmo parejo al mío.
Pienso que es bueno mantenerme ahí, en grupeto, y llegar así hasta Viapará.
Aunque al rato, por propio ritmo me separo un poco y cojo rebufo de dos
corredores de mismo equipo. Uno de ellos llevaba una cámara Go-Pro, y varias
veces se separaba y giraba para grabar. Y así llegué a Viapará, junto a esos
dos corredores. Allí avituallamiento, cojo botella de agua, dos buenos sorbos,
y a disfrutar y relajar en tramo que hay llano y cuesta abajo hasta comienzo
del puerto en sí. Oigo a mis compañeros de últimos kms. hablar de tomar el gel,
y antes a otros del anterior grupeto. “Agua, gel, agua”, decían. Para mí
pensaba que la gente tomando geles y otras cosas (me acordaba de Nacho el que
conocí en café que llevaba un plátano en riñonera), y pensaba que yo iba a
afrontar el Angliru con dos sorbos de agua. ¡¡Con un par!!. Y para mí me decía
que yo no suelo necesitar estas cosas, y estoy habituado a correr simplemente
con lo que tengo en reserva de desayuno y cena. Aunque me quedaba la duda de si
eso ayudaría. No lo tengo claro, al menos los que iban por detrás y se lo
tomaron no me pasaron en subida. Y yo tengo pánico a tomar algo en una carrera
y que me siente mal al estómago. Por ahora, para mis ritmos, objetivos y forma,
me vale con no tomar más que agua.
En ese intervalo
me alejo de esos dos corredores, y alcanzo en bajadilla anterior al inicio del
Infierno a otros dos. Veo la pintada en carretera que refleja el comienzo del
Infierno, y ay madre, las curvas de Les Cabanes a la vista, desnivel del 20%.
Veo gente por delante caminando... y al llegar en su momento toca hacer lo
mismo. Quedan 6 kms. y yo ya caminando pienso. Pero están todos igual y me
animo. Por suerte, tras este duro tramo inicial puedo volver a correr, y en una
recurva, a la salida, veo un fotógrafo, lo que me anima a mantenerme corriendo,
y resultó ser Tano, al que saludo al verle la cara tras su última foto. Aquí
dejo muestra de su trabajo, gracias amigo:
Tras este saludo
inicial del Angliru, vienen unos dos kilómetros donde se puede volver a correr,
y las sensaciones vuelven a ser decentes, y la moral recupera enteros. De aquí
al final poca variación de puestos habrá, tres o cuatro ganados y uno o dos que
me pasan. Todos sufrimos mucho, y no hay grandes diferencias de ritmos.
Llego a zona
Llagos, donde marca desnivel máximo del 16%, y lo superamos, ahí creo está el
límite de correr/caminar. Cuando la rampa supera el 16% se hace ya difícil
seguir corriendo, no digamos en las curvas, que por el interior parecen
paredes.
En este tramo, me
saludan y animan por Papi Running dos personas, y luego otra más algo más
adelante. Esto ya empieza a pasarme en cada carrera, y me abruma un poco. Aunque
es cierto que se agradecen esos ánimos y ese pequeño reconocimiento al blog.
Estamos en este
punto justo en la parte inferior de la Cueña Les Cabres, en el tramo de
carretera que va justo debajo, e impresiona el griterío que se escucha de
ánimos por aquella zona. Da moral, y piensas que estás metido en una carrera
diferente.
Llego al
avituallamiento anterior a La Cueña Les Cabres, y antes de llegar me animan
como Correastur. Cogemos botella, me paro, bebo dos sorbos y la entrego a
voluntario con bolsa de basura. Vista al frente, y ahí está ese muro inacabable
a la vista, con un reguero de corredores semiagachados, caminando malamente, en
un espectáculo digno de un episodio de The Walking Dead. Unos zombis
correnderos avanzando casi tambaleándose por aquella pared. El cartel refleja
bien a las claras lo que afrontaremos, 800 metros con desnivel mínimo de 16,5%
y máximo de 23,5%. Lo más duro en carretera puede que en toda Europa...
Sigo con mi
postura de caminar apoyándome en los muslos, y así voy cual carrera de trail
superando metros de esta pared. Da cosa ver a la gente que te anima a tu lado y
pasar uno tan despacio, tan agónico. Es algo distinto, hay que vivirlo. Y si
para adelante se aprecia el desnivel, es girar atrás la cabeza y impresionarse
por la rampa en la que estamos.
La altitud aquí
ya supera con claridad los 1.000 y pico metros, y de llevar rato caminando, y
al ir enfriando y entrando viento, empiezo a notar frío. Me toco barriga y está
helada. Pienso que esto puede acarrear problemas estomacales, pero no da tiempo
a ello. Es duro no poder correr para calentar y sentir el frío del sudor en
cuerpo. No quiero pensar subirlo una jornada de meteorología adversa. Como
prueba de la dureza, en parte final me amaga con entrar flato, ¡¡y estaba
caminando!!...
Cuando parece que
nunca se termina, vislumbramos final de la pared de La Cueña, y aunque
pareciera ya imposible, volvemos a poder arrancar a correr. Ya no queda nada te
dice todo el mundo, otro tramo duro y ya estás en último kilómetro favorable. Pero
amigos, vaya última dureza, las curvas del Aviru, desniveles de nuevo tocando
el 20%, y a caminar nuevamente, con el aire frío entrando cada vez con más
claridad.
Miro reloj,
calculo que estaré por debajo de 01:45 y me parece bien para lo que hemos caminado
y sufrido. Aunque en ningún momento me importó el crono. Por entretenerme con
algo mientras intento llegar caminando lo más rápido a la zona favorable.
Coronamos el
tramo de Aviru, y justo donde comienza terreno sube y baja ligero, muy
corrible, el viento entra con ganas, dejándote helado. Aprieto el ritmo para
entrar en calor y acabar fuerte, que hay ganas de correr con tanta caminata. Es
el único tramo donde puedes correr por debajo de 6 el km. salvo el descanso de
Viapará. Que se dice pronto.
Paso a un
corredor de la Cerezal justo donde va a comenzar descenso a meta, va caminando
en esa zona supongo que con una pájara importante. Me pasa en bajada un
corredor, y lo dejo ir, para ganarme mi hueco de entrada, en solitario, quería
dedicarle el reto a una tía de mi mujer fallecida por esa horrible enfermedad
que todos conocemos a la pronta edad de 43 años, y prefería entrar solo. Y así
pude hacerlo, levantando como quería los brazos al cielo, y dedicándole mi
esfuerzo. Me emociono un poco al entrar en meta pensando en ella. Nos quejamos
de tanta tontería muchas veces, y sólo por estar allí, disfrutando de parajes
como aquellos, ya merece la pena. Seguimos aquí, peleando con la vida, que ya
es mucho, y hay que valorarlo.
Foto antes de
entrar en meta, no muy favorecedora. Estaba bajando cara pensando en el
homenaje de llegada, y salí de esta guisa:
Y estas capturas
del gesto de la entrada sacadas del video de la llegada:
Crono final de
01:42:35, y puesto 165 de 247 llegados.
Me reencuentro
con los compañeros Correastures, y me cambio de camsieta y pongo la chaqueta
del club. Y ahí, llegó casi lo peor. Se va minibús ya lleno de corredores,
alguna furgoneta, y coches particulares, y nos quedamos, en aquella explanada
donde el viento frío te dejaba helado, unos 30 corredores, sin medio alguno en
que bajar. A esperar a que volviera alguno de los que había bajado. Y de pronto
la suerte, avisan que los 3 de azul, y otro más, que pasaran que los bajaban. Me
acerco corriendo, me ven, y dicen que los 4 de azul que los bajan en un coche
de la organización. Y así pudimos bajar, y comprobar que los compañeros que
quedaron arriba iban a tardar en bajar muy mucho. El minibús regresaba
(comenzaba a subir) cuando estábamos entrando en La Vega de Riosa...
Muy bien
organización en todo, pero este es un tema a mejorar cara a año que viene. No
me importa pagar más precio inscripción, pero deberían estar antes de que
lleguen corredores dos minibuses en explanada para bajar luego a corredores.
Uno fue insuficiente, al igual que las furgonetas. Vi gente tiritar de manera
bestial mientras esperaban a ser bajados. Esa sensación de quedarte tirado allá
arriba no es muy agradable, y eso habiendo tenido suerte con la meteorología,
pero estar a 1.500 metros y en un sitio tan abierto te garantiza frío siempre.
Si se solventa este punto, posiblemente repitamos, a pesar de que renegaba tras llegada. Si, somos así los corredores.
Excepcional subida la que te has marcado, y suscribo todo lo dicho acerca de la dureza de las rampas del Angliru, y eso que yo las subí mucho más relajadamente de manera no competitiva.
ResponderEliminarQue no te abrumen los ánimos. Todo lo contrario. Un compañero de trabajo que subió en bici me dijo que te había animado al reconocerte ya que entra a veces en este blog desde que le hablé de tí.
Yes famosu, qué le vas a hacer. El precio de la fama...
Vergonzoso que es uno. Yo siempre respondo con un gracias en estos casos.
EliminarSe agradecen los ánimos. Dale las gracias a tu compi.
Madre mía! No conozco el Angliru pero, haciendo un mal chiste, se me hace "muy cuesta arriba" siquiera imaginarme lo que se te tiene que pasar por la cabeza desde los nervios del inicio al, "quién me mandaría a mi meterme en este lío" cuando estás pasando las de Caín; y luego la satisfacción personal de acabar. Enhorabuena. Y ánimos por el blog.
ResponderEliminarGracias Riki. Nervios de inicio no hubo, porque son carreras en que te olvidas de crono, y solo piensas en acabar y en hacerlas a un ritmo lo menos agónico posible.
EliminarLo puede hacer cualquiera que entrene un poco, y que meta algo de cuestas las semanas previas. Son de esas cosas, que hay que hacer una vez en la vida al menos.
Viendo datos Garmin, espectaculares los kms. 7, 10 y 11, con desniveles del 16,1%, 15,2% y 18,6% de media respectivamente. Brutal.
ResponderEliminar¡¡¡¡¡¡Grandeeeeee!!!!!!.......y además: ¡¡¡¡famoso!!!!!
ResponderEliminarQue buena crónica. Esas carreras épicas donde se sufre y hay que apretar los dientes son las mejores.
Enhorabuena.
Gracias amigo. Y viniendo de nuestro nuevo ídolo atlético se agradece aún más. Tú si que eres grande macho. Un saludo.
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