Última crónica de la temporada correndera 2014/2015, que
comenzó a primeros de Septiembre. Disculpas primero por no haber podido
escribir crónica de la Media de Oviedo, pero estuve mal de tiempo, y ya creo
que no viene a cuento.
Lo dicho, este pasado domingo 5 de Julio competí por última
vez hasta que iniciemos nueva temporada en Septiembre. Y lo hice en la
Batallona de Somiedo, prueba a la que tenía muchas ganas, quería probar todo lo
que había escuchado y leído. Y me prestó vivirlo en primera persona.
La carrera transcurre entre el Alto de la Farrapona en
Somiedo, a más de 1.700 metros de altitud, hasta la capital del concejo, Pola
de Somiedo, a 700 y pico metros. Puede parecer que es todo bajada, pero tiene
sus cuestas y repechos en primera parte carrera.
Carrera a la que acudí acompañado de mi amigo y compañero de
Club y fatigas Félix. Sin ninguna pretensión, conocer carrera, disfrutarla, y
con ciertas dudas de estado de forma, tras un mes de Junio solo cumplidor, sin
alardes, y sin pisar Naranco desde hacía un mes. Por tanto, entrenos de monte
cero patatero llevaba en las piernas. Aderezado con alguna molestia en rodilla
derecha en alguna de mis últimas salidas correnderas. Panorama para ver que
pasaba y ser muy cauteloso por tanto.
Tras un viaje desde Oviedo que me resultó ameno y corto para
lo previsto, recogimos dorsales y camiseta, habiendo tiempo a cafetín, con
saludos a conocidos de las carreras. Y primeros cruces de impresiones con
corredores experimentados en esta carrera. Desde estas líneas agradecer a
Isidro la foto que nos sacó a Félix y a mí en alto Farrapona, y que ilustrará
esta crónica.
Luego viaje en autobús hasta Alto Farrapona, que se hace
algo largo, pero los paisajes y el entorno lo merecen. En el alto, no hacía
frío, la niebla estaba más bien alta, y el día con pinta de abrir en cualquier
momento.
Foto de los participantes del Club Correr Asturias:
Foto con Félix antes salida (gracias a Isidro por la misma):
Tras discursos capitanes equipos, e interpretación de los
himnos regionales, se iba a dar salida. Ver fotos aéreas (gracias a un dron que
tenía organización) de estos momentos:
Sin duda imágenes espectaculares.
Y como así veis comenzaba la carrera, cuesta abajo, primero
en asfalto, y luego ya en pista pedregosa. Pista que se tornaba luego cuesta
arriba, manteniendo una buena anchura, lo que permitía ganar posiciones sin
problemas a los corredores que corrían y no caminaban. Hubo un detalle que no
me gustó, y es que en la segunda recurva de este recorrido, unos cuantos
corredores “atajaron” por un pequeño camino anterior a la curva, ganando unas
posiciones y evitando hacer unos metros de más. No entiendo de verdad estas
actitudes. Es una carrera de montaña, pero esto no significa que se pueda
correr por donde nos plazca. El sendero era muy ancho claro, y no había duda
de por donde se debía pasar. Sin acritud, solo quería comentar este hecho.
Supongo que más corredores se habrán percatado.
Justo antes de esta recurva, Félix pasa de correr a caminar
y me dice que tire para adelante. Mi idea era hacer carrera con él, pero no
esperaba que pudiese comentarme esto tan pronto, porque hasta ese momento iba a
su rebufo. Pensando en la cantidad de bajada que habría luego, y sabiendo que
no es su especialidad, y que igual le forzaba a bajar más rápido de lo que
quisiera, mantengo trote y me alejo poco a poco. Intentando subir lo más rápido
posible pero sin gastar excesivas fuerzas.
En esta zona el cielo se había abierto, y lucía el sol,
dejándonos unas vistas preciosas del lago de La Cueva y del Lago Calabazosa.
Ver foto de esta zona, donde intento correr más que caminar:
Ver foto de esta zona, donde intento correr más que caminar:
Adelanto a corredores, otros también me pasan, hablo con
algún conocido, y entramos en una majada extensa, preciosa, donde la hilera
azul y roja de corredores parece no tener fin. Terreno más favorable, pero hay
que correr, y coger el firme mejor en cada momento, por lo que no hay
relajación posible. A lo lejos ya se atisba una pequeña subida. Al final de la
cual estaba primer avituallamiento (aprox. km.5). Parada breve a beber agua,
echar algo sobre cabeza que apretaba el sol, y para abajo que parecía
favorable.
Y si lo era, se iniciaba el descenso hacia el Lago del
Valle, bordeando siempre una ladera, con impresionantes vistas, que no se
podían disfrutar en exceso, ya que la bajada era lo más técnico del recorrido,
camino muy estrecho, mucha piedra, y un polvo que molestaba bastante al ser
levantado por corredores precedentes, y que ocultaba en muchos puntos las
piedras.
En mi avance en subida y majada, me había situado en un
punto de carrera donde la gente iba bastante rápido. En dicho descenso nadie
aflojaba, y se bajaba muy fuerte. Me gustó, y estaba yendo a ese ritmo sin
excesivos problemas y disfrutando el correr rápido por esa zona. Hubo algún
resbalón y torcedura, incluso una pequeña medio caída, pero nunca perdí ganas
de bajar fuerte, al ritmo de todos. Esta parte es de ir de uno en uno, aunque
siempre algún corredor se la juega para conseguir adelantar. Quedaba muchísima
carrera y con terreno para ganar o perder posiciones, no veía muy lógico
arriesgar en esta zona. Pero allá cada uno.
Finalizado este tramo, que lleva un buen tiempo, parece no
va a acabar nunca, se llega al borde del lago del Valle, junto a uno de sus
muros de contención está segundo avituallamiento, esta vez con sólido (trozos
de naranja). Devoro lo más rápido posible dos o tres trozos, bebo agua en
varios sorbos, y de nuevo a correr. No soy de pararme en exceso en
avituallamientos.
Tras este avituallamiento algo de pradería medio llana, y
enseguida, bajo siempre un precioso bosque, bajada hacia el pueblo de Valle del
Lago, por pista/sendero, con piedra suelta en muchas zonas, a veces en mejor
estado a veces más delicada. Aquí, tras un rato bajando, es donde más
posiciones pierdo en carrera, ya que muchos corredores bajan muy fuerte. Es factible
hacerlo por firme e inclinación, pero mirando Garmin, y llevando 11 kms. con
otros tantos por delante, prefiero bajar no tan fuerte. Queda mucho, no conozco
si habrá tramos que se hagan duros, y el bajar muy fuerte puede cargar
cuádriceps y pagarlo en parte final.
Cuando el descenso más fuerte cesa, ya me establezco de
nuevo en un punto que ni rebaso corredores ni soy rebasado. Y es donde me
alcanza el compañero del Club Mino, al que hacía por delante. Lo cual me hace
ver que estoy haciendo buena carrera. Iniciamos una animada charla futbolera,
sin aflojar ritmo, pero siendo rebasados por algunos corredores. Presta ir
algún rato acompañado, y distraerse en una conversación que hace más fácil el
paso de los kilómetros. Ver una foto de este
momento:
Juntos llegamos a avituallamiento de Valle del Lago, donde
me paro a comer bien de naranja, y beber agua. Mino queda algo por delante, y
le digo que siga, que lleva mejor ritmo. Las fuerzas empezaban a disminuir y la
calculadora decía que tocaba calma.
Sobre km.17 empiezo a notarme muy bien de fuerzas,
curiosamente he notado en esta distancia/momento muchas veces tal situación. Es
como si el cuerpo hubiese acabado el tramo de “tirar” de lo ingerido
(cena/desayuno), y tras un pequeño receso (la sensación de que fuerzas
flojean), empiece a tirar de reservas, ayudado por lo ingerido en
avituallamiento, y la maquinaría vuelva a funcionar a pleno rendimiento.
Disfruto mucho estos siguientes 3-4 kms., bajando con fuerza, ganando
posiciones, y viendo que iba a hacer un buen tiempo en meta.
Dicha gasolina pareció acabarse en km. 21, caramba, a uno de
meta, que oportuno... Y en un pequeño repecho antes de salir a carretera,
sufro, pero mantengo un ritmo decente. En carretera corta bajada de cierto
desnivel, para volver de nuevo a sendero. Y ya con Pola de Somiedo a la vista,
casi tocando con los dedos sus tejados, veo que tengo a pocos metros delante a
Mino de nuevo, acompañado por Pablo (compañero también del Club Correr Asturias).
Justo cuando finaliza tramo carretera y entramos en un nuevo sendero, Mino
aprieta el ritmo y le sigo. Bajando como auténticos aviones hacia meta. Una
gozada entrar en Pola Somiedo, y disfrutar del ambiente, y de esos metros
finales plagados de público. Disfruto llegada entre pasillo de gaiteros, y
logro entrar fuerte, aunque no tanto como Pablo, que nos mete una pasada en
línea de meta espectacular...
Tiempo final 02:18:31, y puesto 217 de 501 llegados a meta.
En primera mitad de carrera por tanto, lo que me supuso una buena alegría. Para
preparación que llevaba de nuevo había logrado sacar lo máximo de mí, correr
con cabeza, y sacar el máximo rendimiento posible. Un broche de oro a esta
temporada.
Ver diploma que organización facilita para su descarga a los que finalizan prueba. Atestiguando lo realizado:
En Septiembre espero escribir otra crónica, la primera de la
nueva temporada. Aunque puede que en verano haya una sorpresa estival....
Saludos correnderos a todos, y muy buen verano.
Muy buena carrera,la verdad que esos paisajes no tienen precio...Enhorabuena por la temporada.
ResponderEliminarEres un crack correndero, Manuel... y un gran tipo.
ResponderEliminarFelices vacaciones!!!
Tú si que eres un fenómeno. Y gran carrera también por tu parte.
EliminarLa verdad, que me encuentro muy a gusto en estas distancias, y cada vez disfruto más estas carreras. Habrá que trabajar mejor temporoada que viene para poder afrontarlas con más potencial.